POTESTADES
Y PRINCIPADOS.- (B) (43)
Aunque siempre están asociadas a Satán,
aunque siempre están basadas en la trascendencia de Satán, aunque siempre son
tributarias suyas, las potestades no son satánicas en el mismo sentido que él.
Lejos de intentar la fusión con la falsa
trascendencia, lejos de aspirar a la unión mística con Satán, los ritos se
esfuerzan en guardar las distancias con ese temible personaje, en mantenerlo
fuera de la comunidad.
No se debe, por tanto, calificar a las
potestades simplemente de "diabólicas", y desobedecerlas de manera
sistemática, so pretexto de su "maldad". Lo diabólico es la
trascendencia en que se basan. Y aunque sea cierto que ninguna potencia es
ajena a Satán, no por ello pueden condenarse sin más, puesto que en un mundo en
el que no se ha instaurado el Reino de Dios son indispensables para el
mantenimiento del orden. Eso explica la actitud de la Iglesia respecto a ellas.
Si las potestades existen, dice san Pablo, es porque tienen un papel que
desempeñar y porque Dios las autoriza. El apóstol es demasiado realista para
declararles la guerra a todas. De ahí que recomiende a los cristianos
respetarlas, e incluso honrarlas, mientras no exijan nada contrario a la
verdadera fe.
René Girard, Veo a Satán caer como el
relámpago, Barcelona, Ed. Anagrama.
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