Mi lista de blogs

miércoles, 20 de enero de 2021

EL HORRIBLE MILAGRO DE APOLONIO DE TIANA.- (A) (25)

Segunda Parte

LA SOLUCIÓN AL ENIGMA DE LOS MITOS

IV.- EL HORRIBLE MILAGRO DE APOLONIO DE TIANA

EL HORRIBLE MILAGRO DE APOLONIO DE TIANA.- (A) (25)

Apolonio de Tiana era un célebre gurú del siglo II. En los medios paganos sus milagros se consideraban muy superiores a los de Jesús. El más espectacular fue, sin duda la erradicación de una epidemia de peste en la ciudad de Éfeso. Gracias a Flavio Filóstrato, escritor griego del siglo siguiente y autor de una Vida de Apolonio de Tiana’, contamos con un relato de este episodio.

Los efesios no podían librarse de la epidemia. Tras intentar inútilmente muchos remedios, se dirigieron a Apolonio, quien, por medios sobrenaturales, se plantó en un abrir y cerrar de ojos en Éfeso y les anunció la inmediata desaparición de la epidemia:

«"Hoy mismo pondré fin a esta epidemia que os abruma". Tras pronunciar estas palabras, condujo al pueblo al teatro, donde se alzaba una imagen del dios protector de la ciudad. Vio allí una especie de mendigo que parpadeaba como si estuviera ciego y llevaba una bolsa con un mendrugo de pan. Iba cubierto de harapos, y su aspecto tenía algo que repelía.

Tras colocar a los efesios en círculo entorno al mendigo, Apolonio les dijo: "Coged tantas piedras como podáis y arrojadlas sobre este enemigo de los dioses". Los efesios se preguntaron a dónde quería ir a parar Apolonio. Los escandalizaba la idea de matar a un desconocido manifiestamente miserable que les pedía suplicante que tuvieran piedad de él. Insistía Apolonio e instaba a los efesios a lanzarse contra él, a impedirle que escapara.

A partir del momento en que algunos de ellos, obedeciendo sus indicaciones, empezaron a arrojarle piedras, el mendigo que por el parpadeo de sus ojos parecía ciego, les lanzó súbitamente una mirada penetrante que mostró unos ojos llenos de fuego. Y los efesios, convencidos entonces de que tenían que habérselas con un demonio, lo lapidaron con tanto ahínco, que las piedras arrojadas formaron un gran tumulto alrededor de su cuerpo.

Pasado un momento, Apolonio los invitó a retirar las piedras y contemplar el cadáver del animal salvaje al que acababan de matar. Una vez liberada la criatura del tumulto de proyectiles, comprobaron que no era un mendigo. En su lugar vieron una bestia que se asemejaba a un enorme perro de presa, tan grande como el mayor de los leones. Allí estaba, ante ellos, reducido a una masa sanguinolenta por sus pedradas y vomitando espuma como un perro rabioso. En vista de lo cual se alzó una estatua a Heracles, el dios protector de Éfeso, en el lugar en que se había expulsado al espíritu maligno».

Tal fue el horrible milagro. Si su autor hubiera sido cristiano, se le habría acusado, sin duda, de calumniar al paganismo. Pero Filóstrato era un pagano militante, decidido a defender la religión de sus antepasados. El asesinato del mendigo le parecía apropiado para reforzar la moral de sus correligionarios y su resistencia al cristianismo. En el plano que hoy llamaríamos "mediático", no se equivocaba. Si libro tuvo un éxito tal que en el siglo IV Juliano el Apóstata volvió a ponerlo en circulación, en el marco de su tentativa, la última, para salvar al paganismo.

(René Girard, Veo a Satán caer como el relámpago, Barcelona, Ed. Anagrama.)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario