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miércoles, 20 de enero de 2021

EL CICLO DE LA VIOLENCIA MIMÉTICA.- (D) (17)

EL CICLO DE LA VIOLENCIA MIMÉTICA.- (D) (17)

La víctima de un apasionamiento mimético es elegida por el propio mimetismo, y sustituye’ a todas las demás víctimas que la masa hubiera podido elegir de haber sucedido las cosas de otra forma. Las sustituciones ocurren espontáneamente, de forma invisible, a favor del ruido y la furia que por todas partes se propaga. (En el caso de Jesús, y más adelante volveremos sobre esto, intervienen otros factores, que nos impiden considerarlo una víctima del azar, en el sentido en que lo son la mayor parte de las víctimas de su misma clase).

 Pilato es un juez demasiado experimentado para no darse cuenta del papel de las sustituciones en el caso que se le pide que juzgue. Los evangelios, por otra parte, comprenden su punto de vista y hacen que lo compartamos con el famoso episodio de Barrabás. El escrúpulo romano por la legalidad aconseja a Pilato no entregar a Jesús o, dicho de otra forma, no ceder ante la masa Pero sabe también que ésta no va a calmarse sin víctima. De ahí que le brinde una compensación: hacer morir a Barrabás a cambio de Jesús.

Desde el punto de vista de Pilato, Barrabás tiene la ventaja de estar ya legalmente condenado. Su ejecución no constituye infracción alguna de la legalidad. La principal preocupación de Pilato no es impedir la muerte de un inocente, sino impedir, en la medida de lo posible, unos desórdenes que podrían perjudicar a su reputación como administrador en las altas esferas imperiales. El hecho de que la masa rechace la sustitución por Barrabás no significa, en absoluto, que los evangelios acusen al pueblo judío, en su conjunto, de un odio inmisericorde hacia Jesús. Durante mucho tiempo favorable a Jesús, vacilante después, la masa no da muestras de una decidida hostilidad hasta el momento paroxístico de la Pasión, una diversidad de actitudes muy característica, por lo demás, de las masas miméticas. Una vez establecida la unanimidad, la masa se encarniza con la víctima que ya ha condenado sin necesidad de proceso, y se niega a canjearla por otra. La hora de las sustituciones ha pasado, y suena entonces la de la violencia unánime. Y Pilato lo comprende. Por eso, cuando ve que la masa rechaza a Barrabás, inmediatamente le entrega a Jesús.

(René Girard, Veo a Satán caer como el relámpago, Barcelona, Ed. Anagrama.)

 

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