ES
PRECISO QUE LLEGUE EL ESCÁNDALO.- (G) (11)
¿Por
qué Jesús considera al Padre y a sí mismo los mejores modelos para todos los
hombres? Porque ni el Padre ni el Hijo desean con avidez, con egoísmo. Dios
"hace que el sol se levante sobre malos y buenos". Da sin escatimar,
sin señalar diferencia alguna entre los hombres. Deja que las malas hierbas
crezcan en compañía de las buenas hasta el momento de la cosecha. Si imitamos
el desinterés divino, nunca se cerrará sobre nosotros la trampa de las
rivalidades miméticas. De ahí que Jesús diga también: "Pedid y se os
dará...".
Cuando
Jesús afirma que no sólo no abole la Ley, sino que la lleva a su culminación, formula
una consecuencia lógica de su enseñanza. La finalidad de la Ley es la paz entre
los hombres. Jesús no desprecia nunca la Ley, ni siquiera cuando reviste la
forma de prohibición. A diferencia de los pensadores modernos, sabe
perfectamente que, para impedir los conflictos, hay que comenzar por las
prohibiciones.
Sin
embargo, el inconveniente de las prohibiciones es que no desempeñan su papel de
manera satisfactoria. Su carácter sobre todo negativo, como Pablo comprendió
muy bien, aviva forzosamente en nosotros la tendencia mimética y la
transgresión. La mejor manera de prevenir la violencia consiste no en prohibir
objetos, o incluso el deseo de emulación, como hace el décimo mandamiento, sino
en proporcionar a los hombres un modelo que, en lugar de arrastrar a las
rivalidades miméticas, los proteja de ellas.
(René
Girard, Veo a Satán caer como el relámpago, Barcelona, Ed. Anagrama.)
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